divendres, 31 d’agost del 2012

Estampas del verano. Carromero, si te llamaras carroñero...

Un ciudadano español comete tantas infracciones de tráfico que la autoridad se ve obligada a incoarle expediente para retirarle el permiso de conducir. A continuación, lo primero que hace ese ciudadano es presentarse en Cuba y alquilar un coche sin preocuparse gran cosa por asuntos de legalidad ya que Cuba,  al fin y al cabo, es una excolonia de España, actualmente bajo dominio comunista, con lo que no es preciso pararse en menudencias. Una vez al volante se arrea una castaña y mata a dos ocupantes del vehículo de nacionalidad cubana. Las autoridades lo detienen y quieren juzgarlo, acusado como está, de un doble homicidio.
¿Hay algo extraño en esta noticia? Nada en absoluto. El ciudadano Ángel Carromero ha actuado con imprudencia y temeridad, ha causado la muerte de dos personas en otro país soberano. Que lo juzguen y lo condenen, si tienen que cndenarlo, y aquí paz y después gloria.
- Un momento: ¿quién paga la defensa de Carromero? 
- El ministerio de Asuntos Exteriores español. 
- ¿Por qué? ¿Paga ese ministerio (es decir, todos nosotros) siempre las defensas de los españoles procesados penalmente en países extranjeros? 
-  No, claro.
- Entonces, ¿por qué esta sí?
- ¡Ah! Es que Carromero no es un español cualquiera, un turista o un viajero por asuntos de negocios. Carromero es un agente español en territorio cubano.
- ¡Caramba, qué emocionante! ¿Un agente del CESID? ¿Un espía? 
- No, no, por favor: un agente del PP. Es un dirigente de las juventudes del partido, de Nuevas Generaciones. Un miembro del servicio exterior de la gestapillo a las órdenes de Esperanza Aguirre.
- ¿Y qué misión cumplía el tal Carromero en Cuba por órdenes del PP, de la gestapillo y de Aguirre?
- Contactar con la oposición a Castro, darle instrucciones, coordinar la acción y, desde luego, financiarla.
- O sea, llevaba dinero sin declarar en aduana para untar a la oposición anticastrista.
- Bueno, eso es muy crudo. Llevaba unos dinerillos para ayudar...
- ... para subvencionar, vamos. Como si fuera la enseñanza del Opus.
- ... para ayudar a los héroes que luchan por la democracia y la libertad en esa idílica isla sometida a la peor tiranía comunista.
- ¿Mucho dinero?
- No mucho. Ya se sabe que en Cuba un euro es una fortuna. Llevaba 4.000 euros.
- Y ¿de dónde salen esos 4.000 euros? ¿Del bolsillo personal de Carromero? ¿Del de Aguirre? ¿Hay constancia documental de ese pago? ¿Quién dio la orden? ¿Medió algún interventor o auditor o, simplemente se pillaron 4.000 euracos para organizar actividades subversivas en Cuba?
- Bueno, la lucha por la libertad...
- Actividades subversivas, ilegalidades, probablemente delitos.
- Es usted un radical, Palinuro.
- Y ustedes unos sinvergüenzas, ladrones, agentes provocadores y demagogos que esquilman a su propio pueblo, le recortan sus ingresos y derechos pero se funden la pasta repartiéndola entre agentes en países extranjeros con el fin de crearles problemas que luego permitan seguir con su discurso aislacionista e intervencionista.
- Eso no va a ayudar a nuestro compatriota.
- Su compatriota, oiga; no el mío. Yo no he enviado a nadie a interferir en los asuntos internos de otro Estado y mucho menos a un irresponsable que no sabe conducir; no le he dado dinero de procedencia misteriosa para engrasar la oposición en el país; no lo he amparado posteriormente y me parece de juzgado de guardia que sigan ustedes robando dineros públicos para pagar la defensa de un agente suyo ilegal y supuestamente homicida.
- No hable tan alto, hombre; sea discreto. En estos momentos el ministerio de Asuntos exteriores trabaja denodadamente para conseguir beneficios penales para el señor Carromero.
- En estos momentos, el presunto delincuente Carromero, que fue a un país extranjero a encizañar y atentar contra las leyes de la hospitalidad, el 007 de tres al cuarto, lo que tiene que hacer es colaborar con la justicia cubana. Ya se sabe que, al final, todos los gobiernos son parecidos y el cubano acabará soltando a Carromero para que cumpla condena en España. Si yo fuera ese gobierno, no lo permitiría.
- Es legal. Hay convenios entre los dos países que lo establecen. Y no dude usted de que Esperanza Aguirre, siempre leal con sus ayudantes y colaboradores, moverá Roma con Santiago para que se apliquen.
- Lo que Esperanza Aguirre debiera hacer si esto fuera una democracia seria y no la verbena del PP sería comparacer en sede parlamentaria, explicar por qué tiene que meter sus narices en los asuntos internos de Cuba, qué nueva gestapillo tiene montada, quién es el menda Carromero, de dónde han salido los 4.000 euros y gastos adyacentes (viaje de Carromero, suponemos que en clase turista), dietas, pagos varios, etc., decirle a su agente que tenga la bondad de costear su defensa y, por último, dimitir.
(La imagen es una foto de LisASckart, bajo licencia Creative Commons).

Rajoy promete.

Y van dos. Están llegando por orden de importancia. Primero, Herman Van Rompuy, con esa pinta de ujier de instituto de provincias. Después, François Hollande, un ejecutivo dinámico que también ha visitado a la competencia. Por último, el día seis llegará la emperatriz, Angela Merkel, la canciller de hierro, al lado de la cual Margaret Thatcher montada a lomos de Bismarck es una colegiala. Los tres vienen a decir a Rajoy cómo está la situación de tenebrosa y que habrá que hacer mayores sacrificios, encajar más mermas. Una letanía de horrores. De vez en cuando, Rajoy encuentra un momento entre regañina y amenaza para hacer un aparte cara al público, dando buenas noticias, como si hablara en twitter: "descartadas nuevas subidas del IVA o del IRPF". Debiera decir, "de momento".
El presidente del .gobierno debe de estar muy nervioso y es comprensible, dado el marrón que tiene que comerse. Pero, por muy nervioso que se esté, hay melonadas que no deben decirse. Eso de que su objetivo será devolver los españoles a la situación que tenían cuando él llegó deja a cualquiera boquiabierto porque la conclusión lógica es que lo mejor hubiera sido no haber llegado.
Luego está lo de los descartes: descartadas subidas de impuestos, que la prensa ha tomado como promesas: Rajoy promete que no subirá los impuestos. Nada de eso: Rajoy descarta las subidas de impuestos, que no es lo mismo.
Al final, Rajoy hará lo que le ordenen porque, como él mismo argumentaba en el Congreso al presentar sus medidas de ajustes, no tiene otra opción. Obviamente, no la tiene en la panoplia de las que dispone, basada en la necesidad de descargar el déficit sobre los asalariados que al fin y al cabo, cargan con todo. Para tener otras opciones tendría que cambiar el orden de prioridades y eso no está dispuesto a hacerlo ningún politico de la derecha.
Así que cuando Rajoy promete o descarta algo no hay que tomarse el anuncio de la intención como garantía de su cumplimiento sino solamente a título informativo. Quiere decir que no le gustaría tener que subir los impuestos, como dijo la última vez que los subió. Mi dispiace tanto...! Pero hay que hacerlo. La Patria (vale decir, la banca) está en peligro.
Esperanza Aguirre también justificó la pirueta de Rajoy con el mi dispiace. No tenemos más remedio. No a las subidas de impuestos hasta que somos nosotros quienes los subimos. Entonces es sí.Al parecer, no se le ocurre que eso mismo pueda pasar a la oposición, que tampoco le guste subir los impuestos. Nada de eso. La derecha sube los impuestos porque no tiene otro remedio para atender a gastos inexcusables. La izquierda, en cambio es una vampira fiscal; lo suyo es elevar la tributación al límite de lo posible solo para fastidiar.
En resumen: no se subirán los impuestos, pero seguiremos pagando los privilegios de los ricos y las exenciones de la iglesia con cargo a otros capítulos.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 30 d’agost del 2012

Estampas del verano. A la charca con el monarca.

¿Qué se ha creído este pavo? ¿Que se puede andar zarandeando a los trabajadores así porque sí? Un rey que le echa la bronca a su chófer por una nimiedad no es un rey sino un vulgar patán. ¿Cuál es el mérito de abroncar a alguien que depende de ti y no puede responder? Que venga a abroncarme a mí o a cualquier otro republicano de los que estamos hasta las narices de este parásito que solo da que hablar de él por sus meteduras de pata, sus vergonzosos pasatiempos o sus intentos de salvar a ese yerno impresentable, presunto ladrón de guante blanco.
¿No quiere Juan Carlos aguantar las pitadas y abucheos de la gente indignada por los recortes de la derecha a los trabajadores, los pensionistas, los parados y los privilegios concedidos a los ricos? Pues lo tiene muy sencillo: hable, dígalo, en vez de zarandear al chófer por una menudencia; haga frente a Rajoy y su gobierno de mangantes y meapilas y póngase del lado del pueblo.
Imposible, ¿verdad? De entrada es que ni se le ocurre. ¿Ponerse él del lado de la chusma? ¡Hombre, por Dios, que hay clases! Y, aunque se le ocurriera, faltaría tiempo a los neofranquistas para recordarle que, aunque sea el sucesor del Caudillo por la gracia del mismo Caudillo, él no pinta nada. Más moderados, los constitucionalistas cortesanos, incluidos los de izquierda, le recordarán que, según fórmula acrisolada, el Rey reina, pero no gobierna... salvo que le interese a la derecha, en cuyo caso todas las máximas contitucionalistas se van al garete. ¿No se llevó Rajoy al Rey a presidir el consejo de ministros en el que se aprobaron los recortes, o sea el expolio de los trabajadores y clases medias en general? ¿No aparece así como responsable o cómplice de esas políticas injustas? Algún alma caritativa podría intentar salvarle la cara argumentando que no lo hizo con mala intención, sino solamente empujado por su innato atolondramiento. Cierto, atolondrado lo es un rato largo, tanto que se parece mucho al inspector Clouseau, cuando intenta atravesar las cristaleras sin abrirlas o se da en el morro con el quicio de una puerta. Pero el gesto de presidir el consejo de ministros en que se privó de su derechos a cientos de miles de personas no era atolondramiento, sino colaboración.
¿De qué se extraña si la gente lo pita y abuchea? Y que se dé con un canto en los dientes de que las cosas no vayan -de momento- a mayores.
El rey se reúne de comilona con los empresarios más poderosos del país, para hablar, según dice de la crisis. Es decir, se reúne para hablar de la crisis con sus más directos beneficiarios. Es cierto que también recibió a Toxo y Méndez en La Zarzuela a primeros de agosto, pero eso es algo atípico. Tan atípico que hasta los dos sindicalistas se pusieron corbata que jamás hizo tanta justicia al origen histórico de la prenda, símbolo de las sogas que llevaban al cuello los esclavos. Lo que le va al rey es el yantar con los ricos, con los que le hacen regalos y sacan partido de su cercanía al monarca para hacer más negocios. Como su yerno. Lástima que a este lo perdiera la tontuna y la codicia. A estas alturas ya podría ser uno de los comensales del rey, empresario de éxito y respetado.
En resumen, Juan Carlos, que no eres ya un chaval: no se matan elefantes por entretenimiento en escapadas clandestinas y picaronas cuando uno preside el World Wildlife Fund, ni se zarandea al chófer cuando uno tiene que aguantar los pitidos de su amado pueblo.
Abdica, hombre, antes de hacer alguna otra estupidez que comprometa más el destino de una corona de inexistente legitimidad. Y fíjate que Palinuro te da el consejo desinteresadamente puesto que, como republicano correoso, lo que le interesa es que te la pegues ya del todo para reclamar la IIIª República.
(La imagen es una foto de SalamancaBlog.com, bajo licencia Creative Commons).

Patriotismo de partido.

El Jefe del Estado se ha reunido a almorzar con los 17 presidentes de las empresas españolas más importantes. Dice que para hablar sobre cómo pueden los empresarios ayudar al país a salir de la crisis. Le gustan estas reuniones al monarca en torno a una buena mesa y con exquisitos caldos. En marzo tuvo otra, aunque no recuerdo si también yantando o antes del aperitivo. Supongo que son gestos para mejorar la imagen pública del Rey. Los súbditos toman nota de cuán a pechos se toma el soberano las angustias de la colectividad, los empresarios se dan luego pote hablando en familia de lo simpático que es el Borbón.  Y nada más. Hemos tenido la fortuna de que los medios nos hayan ahorrado la descripción del menú.
Dice el Financial Times que Rajoy antepone los intereses de su partido a los del país, o sea, el Estado, que diríamos por estos pagos. Pues sí. Tampoco es muy veloz el diario financiero. Ese peculiar orden de prioridades lo dejó claro Rajoy al comienzo de su mandato, cuando retrasó tres meses la presentación de los presupuestos para que el PP de Andalucía pudiera ganar las elecciones. Las ganó por mayoría relativa; o sea, las perdió y el que perdió mucho más fue el país pues el juicio de los europeos sobre un gobernante capaz de dejarlo sin presupuesto para que alguien como Javier Arenas cumpla una vana ilusión, cayó en picado.
De esas cosas, Rajoy ni se entera. Ignora las consecuencias de sus actos, bien porque no sabe inglés, bien porque no lee la prensa. Le toca gobernar en tiempos de zozobra exterior, europea, pero él lo hace con perspectiva de campanario, pensando más en su partido, como dice el Financial Times, que en su país, en el Estado. Lo que verdaderamente le preocupa son los resultados electorales aquí y allá. Por eso ha empujado a Feijóo a adelantar las elecciones en Galicia, porque trae el hacha afilada y, si se celebran después de que caiga, el PP de Galicia puede no sacar más votos que los que compre Baltar. Le preocupa la colonización de los medios, la necesidad de acallar la disidencia y suprimir la crítica, la conversión de RTVE en un gabinete de prensa de La Moncloa. Vigila de cerca el avance del nacionalcatolicimo, tanto en la devolución de la educación a la iglesia como en el coto que se ha de poner a los desmanes como el matrimonio homosexual o el aborto y da cumplida cuenta de los retrocesos a los curas, que son quienes mandan en España. Está pendiente de la batalla de Cataluña, de cómo aprovechar la asfixia financiera del Principado para reconducir las relaciones entre el centro y esta díscola periferia, a ver si se consigue que la "Gran Nación" vuelva a ser "unagrandelibre" como en los tiempos de Franco, su directo inspirador. ¿Cómo va a tener tiempo de ocuparse de los asuntos de Estado?
Además, del Estado ya se ocupa el Rey, como debe, quien está almorzando opíparamente con los 17 príncipes de la empresa. Rajoy practica lo que se conoce como patriotismo de partido, algo típico de la derecha para la cual el partido, su partido, es el Estado, España. Por eso, cada vez que aparece la gaviota azul, se despliegan los colores de la bandera monárquica y suena la espantosa melopea quje llaman himno nacional. Desde su limitado punto de vista, del político gallináceo de vuelo corto, al ocuparse de las fortunas de su partido ya se ocupa de España. Todos sus afanes y desvelos, que serán muchos, pero telefónicos ya que no se le ve viajar a parte alguna, van orientados a lo mismo: afianzar la hegemonía de su partido e ignorar el Parlamento y, por supuesto, la oposición parlamentaria. Y gobernando por decreto.
Gobernando es un decir. Son otros los que toman las decisiones vinculantes para España en el orden europeo. Rajoy es un florero y de flores marchitas. A primeros de septiembre, Merkel y Hollande se reúnen en petit comité aseguran que para pergeñar una nueva arquitectura de la Unión Europea pero, en realidad, para adoptar una determinación respecto a Grecia y España. De aquí a entonces, Rajoy no tiene otro pito que hacer que esperar y recibir a los distintos líderes europeos que vendrán a avisarle de cómo se le pondrán las cosas cuando, finalmente, recaiga una decisión connjunta sobre este desdichado Reino que, en un momento de enajenación, otorgó mayoría absoluta a un cantamañanas balbuciente que no sabe ni en dónde está.
Es decir, que en nueve meses de brillante gestión, Rajoy ha conseguido poner a España a la altura de Grecia, como un Estado intervenido.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).


dimecres, 29 d’agost del 2012

Raus!

Los políticos tienen complejo de taumaturgos. Creen o simulan creer que pueden hacer milagros. Basta un conjuro suyo para que se enderece una terca realidad, para que se resuelva un problema. Por ejemplo, esta crisis está poniendo en cuestión los fundamentos mismos de la Unión Europea y, por supuesto, la continuidad de la moneda común. Es ahí donde exclama estentóreo Hollande: el euro es irreversible. Animado por este espíritu de resistencia, Rajoy recibe al presidente del Consejo Europeo, van Rompuy y lo primero que suelta a los periodistas es que El euro es irreversible y el proceso de integración europea imparable. Aquí siempre hemos hablado francés, aun sin saberlo.
Irreversible. Irreversible era el comunismo y apenas queda rastro de él. El IIIer. Reich iba a durar mil años, pero se quedó en 12. No son los deseos de los hombres los que fijan la duración de sus obras. ¿El euro? Eterno, hombre, eterno. Es verdad que Grecia tiene ya un pie fuera pero hay que luchar por impedir que saque el otro. Queremos Grecia en el Euro aunque, eso sí, cumpliendo estrictamente sus obligaciones. Es verdad que el euro seguirá siendo el euro aunque Grecia se vaya pero es que no tiene por qué irse. Ni Grecia ni nadie.
Sin embargo los gabinetes económicos de los bancos y los de los gobiernos ya están estudiando simulaciones de qué pasará si Grecia se va; incluso de qué pasará si la zona euro se rompe. De hecho, hay mucha gente que quiere a Grecia fuera de la eurozona, raus, y con Grecia todos los demás países que pretenden que sean los otros europeos, especialmente los alemanes, quienes paguen sus deudas. El objeto de este discurso es España, una Grecia multiplicada por diez. Spanien, raus! Y, si quiere quedarse, que pida el rescate de una vez por todas. Muy probablemente es lo que ha venido a decir Van Rompuy que, en el fondo, es una especie de portavoz del tándem Merkel-Hollande
Ese es el terreno en el que Rajoy tiene montado su juego. Si pide el rescate o no dependerá de las condiciones que se le impongan. Se entiende que puede haber condiciones que Rajoy no considere asumibles por su alto coste político. El problema, sin embargo, es que el español no tiene margen de maniobra. La prima de riesgo lo ha traído hasta aquí y aguarda vigilante y bastante alta el resultado de las negociaciones que solo puede ser una u otra forma de rescate. Los mercados han dicho ya que no confían en el proyecto de gobierno de salir adelante con la ayuda del Banco Central Europeo. Esto quiere decir que, si las negociaciones para el rescate no fructifican, la prima de riesgo se disparará y España quebrará. Es decir, no hay margen, diga Rajoy lo que diga que, por otro lado, es nada.
Lo que el gobierno está negociando, en realidad, es un rescate blando. Por blando ha de entenderse uno que no tenga unas condiciones tan duras como las griegas, pero duras serán  y el gobierno se encontrará con un recrudecimiento de la resistencia en la calle. La situación, que ya pinta bastante mala en la eurozona, en donde hay una especie de frente contra los países con problemas, singularmente, Grecia y España, pero también Portugal, Irlanda y hasta Italia, puede empeorar en los próximos días. O también mejorar. A mediados de septiembre hay elecciones en Holanda, lo cual es más significativo de lo que parece. El multipartidismo holandés es muy confuso para los extranjeros, pero el resultado de estas elecciones puede ser decisivo. Si gana el bloque de la derecha, se reforzará la posición de Merkel y las cosas se pondrán más difíciles para España; si gana el bloque de la izquierda, será la de Hollande la posición favorecida y mejorarán las posibilidades españolas.
No deja de ser un sarcasmo que la única esperanza de Mariano Rajoy, un político nacionalcatólico de la derecha más cerril, autoritaria y excluyente, que se niega a hablar con la oposición de izquierda de su país, sea el triunfo de esa misma izquierda en Europa, que será la que eche una mano a España y no la derecha. Eso sería lo único que salvaría a España pero él jamás lo reconocería porque la grandeza de espíritu no es uno de sus rasgos.
Porque, por más que el presidente insinúe lo contrario o afirme que se reserva decisiones, España, mejor dicho, él, no pinta nada en Europa, nadie confía en su palabra, nadie lo toma en cuenta y su única posibilidad es aguardar a  que se dicten las condiciones del rescate, en las que apenas puede influir, aunque sus ministros digan hoy una cosa y mañana la contraria, tratando de amortiguar el golpe.
Es esto o raus!
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dimarts, 28 d’agost del 2012

Estampas del verano. Esperanza, en donde el fuego no la alcanza.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, como el ministro del Medio Ambiente, Arias Cañete, es alérgica al humo de los incendios y jamás se ha acercado a menos de diez kilómetros de alguno de ellos porque le salen pecas. Por eso, con el peor incendio en décadas en Robledo de Chavela, con más de 2.000 desplazados, el monte ardiendo fuera de control, 600 brigadistas peleando contra las llamas sin los medios necesarios, esta locuaz pizpireta está callada como botijo, escondida en algún lugar del planeta y esperando que nadie se acuerde de ella.
No es un comportamiento gallardo, propio de una noble y mucho menos de una responsable política democrática que se supone visita los lugares de su jurisdicción afligidos por la desgracia. Pero, cuando menos, es más discreto, no tan necio y chillón como el del lustroso y regordete ministro haciendo el lila al lado del otro gandul del Reino en una tarde inolvidable de toros mientras media España se achicharraba.
Pero, desde otro punto de vista, sin ser tan chabacana e insultante como la de su colega el ministro, la conducta de Aguirre es más grave e indignante porque, si bien aquel gestionó los incendios con su habitual incompetencia, los fuegos no le eran directamente achacables como en cambio si lo son en parte a Esperanza Aguirre. Los fuegos de Valencia, Cataluña, León, La Gomera no estuvieron causados directa ni indirectamente por la actividad de Arias pero el de Robledo de Chavela sí le es imputable en buena medida a la política de Aguirre quien, en su frenesí por recortar gasto público, privatizar y desmantelar la administración pública, suprimió en junio el retén de bomberos de Robledo de Chavela, derivando la posible intervención en caso de urgencia al de otro pueblo a más de 20 km. Resultado: cuando el fuego se declaró no fue posible atajarlo en su inicio, como se hubiera hecho, si hubiera habido bomberos en Robledo.
La historia del enfrentamiento entre Aguirre y los bomberos viene de antiguo. En su condición de servicio público gratuito y útil a la ciudadanía, el cuerpo concentra el odio de la política del PP, como la educación y la sanidad. Estos tres servicios han sufrido no solo desmesurados recortes presupuestarios, despidos y empeoramiento de condiciones laborales sino también campañas de desprestigio, insultos y agresiones ideológicas encabezados por la propia Aguirre que necesita el dinero de todos para subvencionar los colegios privados de curas y entregárselo a las empresas privadas de sanidad para que hagan negocio con la salud de los madrileños. Ese odio se ha agudizado desde el momento en que los trabajadores de los tres servicios mostraron especial combatividad y se enfrentaron a la política de desmantelamiento de la presidenta. Recientemente, Aguirre unió sus fuerzas a las de la alcaldesa digital de Madrid, la de las peras y las manzanas, para insultar más a los bomberos que, según ellas, disfrutan de condiciones laborables envidiables.
Es razonable ver en los recortes de Aguirre y el fuego de Robledo una relación de causa-efecto. O sea que cuando, como buena política reaccionaria, Aguirre exige mayor dureza penal contra los pirómanos, habría que empezar por ella misma, que es la primera pirómana intelectual de la Comunidad. Es posible, aunque ojalá no se dé, que haya alguna desgracia personal que lamentar. Si tal cosa sucede, no tengo duda de que Aguirre, como Cañete en su momento, no perderá un minuto en ir a fotografiarse junto al posible héroe fallecido por la incompetencia de sus gobernantes y a imponerle una medalla a título póstumo.
Solo le sugiero que se cerciore antes de que su equipo ha dejado alguna medalla en los cajones porque da la impresión de haber arramblado con todo, medallas incluidas.
(La imagen es una foto de PP de Madrid, bajo licencia Creative Commons).

Fragmentos de realidad.

Es frecuente oír a alguien diciendo: mire, yo soy una persona realista, vivo en la realidad, aquí y ahora. Normalmente quien lo dice pretende justificar algún tipo de canallada, pero eso no es lo interesante en este momento. Lo interesante es preguntarse ¿qué es eso de la "realidad"? Supongo que todo aquello que me rodea y yo mismo; o sea, "todo", algo muy cercano a "nada". Pero ese "todo" es algo tan fragmentario, tumultuoso, contradictorio, incomprensible que resulta imposible comprenderlo bajo un solo concepto. La ilusión, por ejemplo, es contraria a la realidad, pero forma parte de ella. Si algún sentido tuviere esta totalidad solo podría comprenderlo algo o alguien que estuviera fuera. Para quienes estamos dentrol de la realidad, como tal no se nos aparece; lo que se nos aparecen son jirones, fragmentos, retazos suyos, muchas veces imposibles de encajar unos con otros, como si fueran obra de seres de planetas distintos. La realidad sigue siendo los jirones de la caverna platónica. Algunos fragmentos de la española:
Las elecciones gallegas. Feijóo vino gallo bravo antielecciones a Madrid y se ha vuelto a su tierra gallina clueca de las mismas elecciones. El origen de la extraña mutación de gallo en gallina parece estar en que el gran oráculo Rajoy le ha anticipado el hachazo que piensa dar este otoño al maltratado patrimonio de los ciudadanos, lo que le hará perder las elecciones si estas se convocan después. Igual que en Andalucía lo interesante hubiera sido atrasarlas, en Galicia lo es adelantarlas. En todo caso hay una instrumentalización de la política económica con fines electorales que nunca saldrá bien. Las izquierdas llevan camino de ganar.
El incendio de Robledo de Chavela. Por fin llega el fuego al centro y, como viene siendo habitual, no hay dotaciones adecuadas o están lejos y los incendios, al parecer provocados probablemente por intereses inmobiliarios, crecen y crecen y se convierten en un drama para centenares de personas y con riesgo de desgracias mayores. Pero como no hay un hospital que inaugurar o una cinta que cortar, Aguirre no cree necesario personarse en el lugar del desastre, que está bajo su jurisdicción.
Esos dos niños. Es monstruoso todo lo sucedido en torno a Ruth y José. Todo en ello es monstruoso y ha provocado una ola de indignación en las redes en donde, entre otras cosas, se pide con insistencia la reimplantación de la pena de muerte. Tanta indignación con los aspectos monstruosos del asunto induce a olvidar que lo monstruoso está dentro del ser humano, como nombre y como realidad. Es imposible ponerse en el lugar de alguien que hace algo así. Por eso su motivación será siempre un misterio. Y que así siga.
Los expresidentes del Tribunal de Cuentas. Estos dignos ciudadanos reclaman sendas pensiones de 180.000€ cada uno. Lo que hace un año se veía como algo anormal ahora escandaliza. ¿Por qué vamos a pagar esa pasta a unas personas que se tomaron el cargo como un retiro dorado y ahora quieren hacerlo aúreo? En un tiempo en que se escatiman unos euros a los dependientes, a los jubilados, a los parados no es de recibo que otros reciban tratamientos suntuosos en nada relacionados con su productividad real.
Urdangarin. Como es de suponer que el duque de Palma no sea ya tema de portada de las revistas rosas, Palinuro le ofrece un rincón para hablar de su peripecia. Es cierto que Urdangarin sigue siendo inocente mientras solo sea presunto culpable, pero es que las presunciones empiezan a ser estremecedoras. Ya no se trata de unos cobros más o menos ilegales, unas comisiones aquí y allá que no tributaron. Ahora ya estamos en millones en cuentas opacas en paraísos fiscales. Y, lo que es peor, vuelve a estar en cuestión el papel de la Corona en todo el embrollo al parecer urdido por Urdangarin.
Gordillo. La realidad es abigarrada, fragmentaria, confusa. Contemplarla desde dentro, como estamos obligados a hacer, produce desazón. Parece como si le faltara a uno un punto de apoyo o referencia, algo con lo que identificarse porque esta sarta de estafadores, sinvergüenzas, criminales, corruptos, indolentes y puros zascandiles no puede representarnos. Que cada cual busque en donde quiera. Palinuro dice haberlo encontrado en Gordillo. Ahora se entera de que el juez lo ha llamdo a declarar por el asunto de Mercadona. La trituradora se ha puesto en marcha.

dilluns, 27 d’agost del 2012

Estampas del verano. El sufrido diputado anónimo.

¡Señor, Señor! ¡Qué tenga uno que hacer todas las semanas el viaje desde este mi pueblo en la preciosa costa española hasta el barullo madrileño solo por servir a la ciudadanía, a la que me honro en representar y que me lo echen en cara! Y eso porque, teniendo dos casas en Madrid, cobro unos 1800€ al mes por dietas de desplazamientos que no dan para nada, como casi todos los demás colegas; como algunos ministros. Por ejemplo, Montoro, que tiene pisos en Madrid, pero cobra las dietas. Naturalmente. Las dietas son para los electos fuera de Madrid. ¿Lo somos? Pues a cobrar. Nada interesa al Estado si yo tengo un apartamento en Madrid o una cadena hotelera. Es mi derecho y punto.
Hay quien dice que el fondo del asunto no es jurídico sino moral; que está feo que cobremos ese dinero cuando hay tanta gente que apenas sobrevive con la cuarta parte. Y eso los más sensatos porque otros como este Palinuro que Dios confunda, sostienen que lo de cobrar los 1800 euracos es un ilícito directamente sancionable.¡Con qué facilidad se hace demagogia de este servicio humilde y callado que realizamos los diputados al país!
No sé. Quizá alguno se pase. Pero no será por cuestiones de substancia sino puramente adjetivas, ornamentales. Por ejemplo, no fue un acierto que saliera Fátima Báñez a explicar  la socaliña de los 400 euros a los parados cuando ella también cobra 1.800€ como dietas, cuatro veces y media los 400 urillos que estamos birlando a decenas de miles de personas. Estas cosas cabrean y en mi partido no se ven con buenos ojos. Cuestión de oportunidad.
En mi partido y en los demás. ¿Cómo explicar a los demagogos barriobajeros estilo Gordillo y Palinuro que esas dietas las cobramos casi todos los diputados, incluidos los del PSOE y otras  oposiciones que también tienen casa en Madrid? No será tan indebido cuando lo hacen casi todos, hasta el presidente del gobierno. Trabajamos por el pueblo, nos dejamos lo mejor de nosotros mismos en este empeño. Lógico es que se nos compense modestamente. Sí, ya sé que nuestras pagas, privilegios, remuneraciones transitorias y régimen de pensiones resultan un poquito escandalosos en un país en el que mucha gente no tiene ni para comer. Pero tampoco es para exagerar ni rasgarse las vestiduras. Somos los padres de la patria y es lógico que se nos trate como a tales, no como a los pelagatos que dejamos de ser cuando, gracias a lamerle el trasero al dirigente de turno del partido, nos incluyeron en las listas cerradas y bloqueadas y llegamos aquí, muchos sin saber hacer la o con un canuto.
Llegamos aquí con gran esfuerzo y, logicamente, no queremos que se mueva nada. Y tampoco  tenemos el mal gusto de ponernos a trabajar furiosamte, como si fuéramos unos muertos de hambre. Ni hablar.. Todo con comedimiento y sensatez. Yo, por ejemplo, no he presentado una pregunta nunca, ni una interpelación, nada. Soy un diputado por estrenar y una reserva espiritual de mi partido. Voy al Parlamento a votar lo que  dice mi jefe de grupo y a estar en Madrid haciendo negocios. ¿No pretenderán que, con los 5.100€ al mes, como dice el bueno de Collarte, estemos trabajando todo el día? Los tiempos de la esclavitud pasaron, amigos.
¡Y si solo fueran los 1.800€ al mes! Los demagogos también la están montando porque hay algunos parlamentarios y hasta el mismo presidente del gobierno que, además, cobran dos sueldos de la administración pública, en contra, dicen, de lo previsto en la ley de incompatibilidades de 1984. Una mentira asquerosa porque quienes hacen eso, Rajoy, cuya vida guarde Dios muchos años, mi querida Cospedal, cobran un sueldo del Estado y el otro es del partido que, como todo el mundo sabe, no es es ,la administración pública porque España, gracias a Franco y a Dios, no es un Estado totalitario. Sí, ya sé que algunos rojelios dicen que, pues los partidos se financian con fondos públicos, son públicos y no se pueden cobrar los dos salarios salvo fraude de ley. Pero eso es dudoso y ya se sabe que in dubio, pro reo. 
Hay quien  ha llegado a denunciar al presidente del Gobierno (la mano de Dios lo guíe y lo libre de todo mal) por sospechar que está cobrando un tercer emolumento como son los honorarios del registro de la propiedad de Santa Pola. Son ganas de chinchar y de buscarle tres pies al gato. Vamos a ver, si queremos tener al frente de los destinos patrios a un fuera de serie, a un estadista inmortal, a alguien capaz de sacar al país del abismo en que lo dejaron los sociatas, a un hombre de la talla intelectual y moral de Rajoy habrá que pagarlo como Dios manda ¿no?
(La imagen es una foto de Andrés Rueda, bajo licencia Creative Commons).

Entre Gordillo y Merkel.

Vuelve Rajoy a su forma inveterada de gobernar consistente en desaparecer, ocultarse, mantenerse en silencio y dejar que sean otros quienes comparezcan por él. Es el líder ausente. Hasta la fecha ha sido uso común adjudicar a los dirigentes todo tipo de atributos pero la ausencia, siempre a los muertos, nunca a los vivos. Hasta que llegó Rajoy con el nuevo estilo de gobierno de la doble "A", la Ausencia Autoritaria. El líder no está, no se comunica, no comparece en el Congreso, pero gobierna por decreto. Es un hombre duro.
Si se trata de una neurosis, el presidente podría tratarse; si es una táctica, el asunto se pone más grave. Viene a ser como si se estuviera pidiendo a la ciudadanía que otorgue ciegamente su confianza a un lider del que lo único que se conoce es que es imposible conocer nada de él. Ni siquiera cuánto cobra al mes por todos los conceptos. Y no es el único inconveniente. El otro es que, al no parecer el presidente por lado alguno, adquiere especial visibilidad el gobierno, los ministros, especialmente los que tienen una personalidad más acusada. Sus políticas erráticas y declaraciones, a veces extemporáneas, evidencian la escasa coordinación interna del gobierno, si es que hay alguna. El guirigay que ha montado el ministro de Cultura, queriendo mantener a toda costa la subvención a los centros que ejercen el apartheid educativo por sexos; el que ha provocado el de Justicia con una reforma del aborto que su propio partido no acepta; el monumental desbarajuste que ha conseguido Ana Mato en Sanidad; la rapiña en las subvenciones al desempleo a cargo de la ministra de Empleo que cobra indebidamente 1.800€ mensuales de dietas, cuatro veces y media la prestación que esta regateando a los parados de larga duración. Todo eso y más son dislates de los ministros. Si no gobierna su gobierno es difícil que pueda Rajoy gobernar España que, además, la tiene encendida en el interior y crispada en el exterior.
En el interior, el problema de Rajoy se llama Gordillo. Y es un problema malo porque el alcalde de Marinaleda simboliza la resistencia frente a los atropellos del gobierno y los mercados, es el punto de referencia, aquel a donde se dirigen las miradas de mucha gente que no ve más solución si no organizar la resistencia. Gordillo es un lider de la izquierda incluso aunque la izquierda institucional lo desautorice o se distancie de él, que tampoco puede exagerar porque sus propias bases simpatizan con el dirigente del SAT. En el conflicto entre legitimidad y legalidad, la primera cae más del lado de Gordillo y la segunda del de Rajoy. Pero una legalidad percibida como ilegítima puede llegar a ser un verdadero problema, hasta una revolución.
En el exterior, el Gordillo de Rajoy se llama Merkel. Y el conjunto de la Unión Europea pero, sobre todo, Merkel, la inflexible doctrinaria Merkel.Al unísono con el presidente del Banco Federal alemán la dama ha vuelto a cuestionar que el Banco Central Europeo compre deuda, la posibilidad que implora Rajoy para ir tirando mientras pide el rescate, ese que no iba a ser necesario. Las condiciones del rescate están por ver y no es seguro se vean antes de que la recrudescencia de Grecia termine de un modo u otro, con Grecia dentro o Grecia fuera. Porque eso incidirá directamente en las condiciones del rescate español y, sean estas cuáles sean, no hay duda de que la Gran Nación que no se le caía de la boca a Rajoy no tiene sus destinos en manos propias, ni siquiera en las de los políticos a los que, para su desgracia, ha puesto al mando, sino en manos de personas e instituciones extranjeras que han calado a Rajoy mucho antes que sus votantes, no confían en él pues ya saben que jamás dice la verdad y toman las decisiones sin consultarlo. Es decir, el presidente del gobierno de la Gran Nación sabe tanto de lo que espera a España como el jardinero de La Moncloa.
De momento algo ha quedado claro: el rescate supondrá un condicionamiento de la política económica que, de todos modos, ya está aquí. Paralelamente, Merkel quiere imponer un nuevo tratado de la Unión, una especie de refundación con ánimo de una mayor intregración política. Es decir, no le basta con haber forzado una reforma de la Constitución española en 2011 sino que ahora quiere someter a control de derecho lo que todavía solo es de hecho a través de los famosos hombres de negro.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

diumenge, 26 d’agost del 2012

Diálogo de Neil Armstrong y Paco Fernández Buey camino de la eternidad.

Escenario. La nada. Algo muy fácil de describir pues basta con una palabra: nada. Por la izquierda del espectador entra Paco Fernádez Buey; por la derecha, Neil Armstrong.

Paco: Caramba, qué sorpresa. Uno de los hombres del siglo XX se muere el mismo día que yo.
Neil: Sí, es una sorpresa. Pensaba que esto sería como la luna y que no habría nadie.
Paco: Pues ya ve, estoy yo.
Neil: Encantado de conocerlo. Mi nombre es Armstrong, Neil Alden Armstrong y soy...
Paco: Ya sé, ya sé; el astronauta del Apolo 11. El primer hombre en pisar la luna. Mi nombre es Francisco Fernández Buey. Español de España. He sido catedrático, escritor y activista político en mi país en pro del comunismo, del socialismo, de la democracia y del altermundialismo.
Neil: Ya veo. Yo también fui profesor universitario una temporada y, después del Apolo, también me ofrecieron entrar en política...
Paco: ¿Los republicanos o los demócratas?
Neil: Los dos. Se parecen bastante. Pero nunca me interesó. A otros colegas, sí; como a John Glenn. Pero yo, no.
Paco: ¿No le interesa la política?
Neil: Bueno, como a todo el mundo. Pero no para practicarla. Solo para contemplarla.
Paco: Sin embargo, es usted un hombre de acción, con una vida activa.
Neil: ¡Oh, sí! No me he aburrrido. Estuve en la guerra de Corea como marino. Allí descubrí que los que me gustaba era volar y, al volver, me hice aviador. He hecho más de 900 vuelos. Luego, me metí en la NASA, hice un par de vuelos espaciales y, por último, la luna. Al aterrizar de vuelta pensé: "OK, Neil, this is it" y, aunque seguí trabajando para la NASA, me dediqué a otras cosas, aunque no precisamente a anunciar Kellog's por la tele.
Paco: Lo dicho, una vida activa. La mía, y he muerto bastante más joven que usted, ha sido contemplativa. No he hecho más que pensar, escribir y hablar; nada práctico. Lo curioso es que dediqué parte de mi vida a interpretar otro filósofo italiano, Antonio Gramsci, que llamaba al marxismo la filosofía de la praxis.
Neil: ¿Qué es eso?
Paco: ¿La praxis? Bueno, sí, es oscuro porque Gramsci estaba en la cárcel y no podía hablar de "marxismo"; era un concepto para ocultar pero que, al mismo tiempo, tiene un contenido: la filosofía de la acción práctica, la que cambia el mundo.
Neil: Suena bastante complicado.
Paco: Lo que hizo usted, cambiar el mundo, transformar la realidad. Yo lo pienso, pero usted lo hace. Vida contemplativa versus vida activa.
Neil: Pues me parece que pensar, escribir y hablar sirve para que los demás hagan.
Paco: Efectivamente. Pasé mucho tiempo pensando en cómo conseguir que la mayoría de la población abrazara la doctrina emancipadora que yo profesaba.
Neil: Suena un poco como una religión, ¿no? Quería usted adeptos supongo que convenciéndolos de que era por su propio bien, el de ellos. ¿Y lo consiguió?
Paco: No.
Neil: ¡Bah! No se preocupe. La gente no sabe lo que quiere.
Paco: Pero eso mismo me pasaba a mí y por eso anduve revisando continuamente mis premisas, mi pensamiento, cambiando la perspectiva; no tenía una idea clara de un objetivo al que dirigir mis esfuerzos, como usted.
Neil: No crea; yo, tampoco. He ido haciendo cosas pero que han ido saliendo sobre la marcha. Ya ve, empecé en la mar cuando descubrí que lo mío era volar.
Paco: Sí, las cosas nos van saliendo. Lo importante es tener un claro criterio moral que nos permita distinguir para actuar correctamente. Pero tiene que ser moral, subjetivo, de cada uno de nosotros, producto de nuestra libertad. No se puede postular como un postulado científico porque...
Neil: Se ve que ha sido usted profesor. Yo estuve nueve años; luego lo dejé.
Paco: Claro, para hacer algo; la praxis. Porque lo suyo es hacer, no pensar. El hacer fáustico, el conocer, transformar la realidad. Mientras que lo mío era pensar todo eso. Partía del supuesto de que la filosofía era un instrumento para la acción, pero resultaba que la acción era siempre cosa de otros.
Neil: De los que hacen pero no piensan.
Paco: Eso es. A eso dediqué mi vida, a conseguir una acción pensada y un pensamiento actuado.
Neil: ¿No ha considerado la posibilidad de que esa gente que actúa pero no piensa, yo mismo, en el fondo sí piensa, sí pensamos?
Paco: Sí, claro. Era una forma de hablar. Pensamientos, opiniones, hay muchas, tantas como personas, dice un adagio latino. La vida en sociedad es una lucha de unos pensamientos contra otros por imponerse, por conseguir la hegemonía.
Neil: Eso ¿quiere decir que todos piensen como usted?
Paco: No, hombre, sino que muchos -nunca todos- coincidamos libremente en unos postulados básicos.
Neil: ¿Y no cree que eso es lo que sucede? En América la inmensa mayoría, casi todos, tantos que algunos creen que somos un poco borregos, la inmensa mayoría, digo, coincidimos en querer a nuestro país, su bandera, su himno, su historia y su destino manifiesto de estar a la cabeza del mundo en el avance del progreso, la ciencia y la libertad.
Paco: ¿Ve? Vaya discurso. Puramente fáustico. En mi país, en cambio, no tenemos inmensa mayoría para nada, ni para tener una idea del país; banderas hay tres o cuatro o más; el himno no tiene letra porque no habría modo de ponerse de acuerdo en ella; su historia es deprimente y su destino, incierto. Ya ve, la noche y el día. Y todo eso, en mi opinión se debe a la acción de una clase dominante tradicional, la derecha y la iglesia, que ha impedido que el país se modernice desde hace siglos y ha establecido a veces regímenes de tiranía e inmoralidad.
Neil: ¡Ah, ya lo creo! Inmorales hay en todas partes. Si yo le contara...
Paco: Dígame, dígame. Si algo tenemos ahora es tiempo.
Neil: Son pequeñeces comparadas con sus pensamientos y sus conceptos, pero significativas, no crea. Por ejemplo, ¿ha visto usted cuánta gente codiciosa, avariciosa y materialista hay?
Paco: Es el capitalismo, amigo Neil; el capitalismo es codicia, avaricia, materialismo y destrucción.
Neil: No sé si es el capitalismo o no. Yo hablo de mi peluquero, el que me cortaba el pelo de toda la vida. ¿Sabe usted? Tuve que llevarlo a los tribunales.
Paco: ¿Por qué?
Neil: Descubrí que el tipo se quedaba mechones de mis cabellos y los vendía a buen precio. Estaba tomándome el  pelo. ¡Haciendo negocio con él! (*) La gente cree que se puede sacar dinero de todo.
Paco: Se lo repito, es el capitalismo.
Neil: ¿Sí? Pues el juez lo condenó a devolver todos mis mechones y, como no pudo, tuvo que pagarme una pasta que entregué a una organización sin ánimo de lucro.
Paco: ¿Se fía usted de esas?
Neil: Bueno, no sé. Al final, uno no sabe nada del mundo.
Paco: Pues fuera del mundo, ya ni te cuento.
Neil: Es verdad, ¿en dónde estamos?
Paco: No tengo ni idea. Para mí esto no existe.
Neil: Pues parece que nos aguarda un largo viaje.
Paco: En lo de los viajes me lleva usted ventaja.
Neil: Sí, pero no sabemos a dónde vamos.
Paco: Ni siquiera si vamos.
Neil: Ni siquiera si somos.
Paco: Ni siquiera.

Palinuro: Que la tierra os sea leve, hombres de bien.

(*) Este episodio es rigurosamente cierto.

(La primera imagen es una foto de La NASA en el public domain; la segunda es una foto de Elisa Cabot, bajo licencia Creative Commons).



dissabte, 25 d’agost del 2012

Estampas del verano. Mario Conde, el preso que no se esconde.

Llegado su momento (lo más tarde posible, desde luego), quizá pueda escribirse en el epitafio de Mario Conde lo que Edmond Rostand imaginó que pondría en el de Cyrano de Bergerac. Parafraseando: "Mario Conde, que fue todo y no fue nada". Porque esa es la clave de la vida de este pintoresco personaje: haber sido todo en un momento (relativamente juvenil de su vida, además), presidente de un poderoso banco; hombre público de moda; amigo del Rey, quien lo apadrinó en ese doctorado Honoris Causa que la Complutense le concedió, sin saber bien lo que hacía; símbolo y modelo del hombre de éxito en el que se miraban todos los adolescentes; posible líder de un partido de la derecha en íntima relación con su amigo Pedro J. Ramírez, otro especialista en ser todo y no ser nada al mismo tiempo.
Vino luego el tropezón con la justicia. Conde intentó contraatacar chantajeando incluso a la presidencia del gobierno con la revelación de papeles confidenciales muy comprometedores y en plena vorágine de aquel confuso escándalo de los GAL del que Ramírez se cobró dos piezas menores (Vera y Barrionuevo) pero falló en la principal y más codiciada, González, lo que le ha dejado marcado por el fracaso. No le sirvió de nada. Al final, la justicia condenó en firme a Conde por estafa, apropiación indebida y no sé qué más a veinte años de cárcel. El exbanquero ingresó en prisión y empezó a no ser nada.
Tras unos años de silencio obligado, que no de inactividad, gracias a su buen comportamiento (el mozo sabe hacerlo cuando le interesa) obtuvo diferentes beneficios penitenciarios, el tercer grado, pudo salir a la calle y, por fin, quedó en libertad.
Un don nadie; un expresidiario; un delincuente. Nadie.
Pero Conde no se resigna. Quiere volver a serlo todo. Cuenta con medios de sobra: la pasta que, según los tribunales, afanó y jamás devolvió. Aprovechándola, trata de hacer realidad sus sueños en las interminables noches de la prisión: Cuando salga de aquí demostraré de lo que soy capaz; me vengaré de todos ellos; van a saber con quién se han metido; morderán el polvo; volveré a ser el hombre de moda, envidiado por todos y deseado por todas; me impondré al país; seré el puto amo. Es un síndrome muy frecuente en los presos comunes. Solo que la inmensa mayoría de ellos no puede realizar sus ensoñaciones porque le falta lo que sobra a Conde: dinero.
Y, como le sobra, ¿por qué detenerse en fruslerías? Lo dicho; quiere volver a serlo todo: autor de éxito (lleva cuatro insufribles libros publicados); tertuliano en Intereconomía y, ahora, líder de un partido regeneracionista. Ya lo intentó otra vez en el pasado, comprando una formación que estaba en almoneda, el Centro Democrático y Social (CDS), pecio que quedó del naufragio de la UCD de su amigo (y luego enemigo), Suárez y con el que se dio una majestuosa chufa.
Vuelve ahora a la carga pero con una formación nueva. Nada de segunda mano, que trae mal fario: el nuevo flamante partido con el que Conde quiere comerse el mundo y hacerle pagar por sus años entre rejas,se llama Sociedad Civil y Democracia. Tiene intención de presentarse a las próximas elecciones en su Galicia natal. Palinuro le augura otra chufa básicamente por dos errores garrafales de planteamiento. El primero es su orientación ultraderechista. Teniendo en cuenta que el CDS quería ser un partido de centro, la nueva propuesta de Conde, del brazo del lunatic fringe de la extrema derecha española prueba que el hombre tiene sentido práctico, es flexible en materia de ideología y lo que le interesa no son los principios sino el poder. Pero su coyunda con Intereconomía, cuya audiencia (0,8%) y seguimiento es inversamente proporcional al volumen de las estupideces que propaga no es una decisión inteligente. Situarse fuera de la escala de posiciones de la mayoría del electorado para pedir esa misma mayoría carece de sentido.
El segundo es el nombre elegido. CDS en la primera echada, SCyD en la segunda, demuestran que Conde tiene sentido del humor y cabezonería pues son las mismas siglas en otro orden. Pero nada más. Lo que queda claro es que, como todos estos espontáneos de la política, como Rivera (Ciudadanos), Díez (UPyD), Cascos (Foro), huye del término "partido" como de la peste. ¿Por qué? Precisamente por el complejo de intruso que todos tienen y que es su perdición, aunque no se den cuenta porque la gente, los electores, detectan rápidamente que se trata de chiringuitos a mayor gloria y vanidad de sus promotor@s o para permitir a est@s tener un sueldo respetable y algunos privilegios a cambio de no hacer gran cosa. No es este, supongo, el caso de Mario Conde, así que le interesaría distanciarse un poco más al menos nominalmente de esta pandilla de oportunistas que solo pretende ir tirando. Sociedad Civil y Democracia parece el cuñado gorrón de Unión, Progreso y Democracia y muestra su misma falta de tirón electoral y de interés. Y todavía "unión" y "progreso" son términos que entiende todo el mundo. Pero ¿quién sabe qué es la "sociedad civil" fuera de cuatro profesores y cinco pedantes que normalmente son los mismos?
(La imagen es una foto de xornalcerto, bajo licencia Creative Commons).

Las hieles del poder.

Menudos caretos lucían ayer las dos ministras y la vice en la rueda de prensa. Analícese un poco la imagen. La ministra de Empleo tiene la mirada perdida entre las míseras cuentas que ha de presentar. La vice se agarra al bolígrafo como la derivación a tierra del circuito eléctrico. Y la tercera, la ministra de Fomento, mira al interpelante fuera de campo como el que mira una inmunda sabandija. Mensaje claro y general de la rueda: no está el horno para bollos. 
La intervención de la ministra de Empleo fue algo atípico. Se ve que no la acompañaba en ese momento la Virgen del Rocío, a quien se tiene encomendada ella misma, que parece muy devota. Nunca es agradable dar malas noticias o proyectar mala imagen, la de una, por ejemplo, que está escatimando unos euros a los más pobres y más desamparados. Es lógico que se ponga una nerviosa y no se le entienda al hablar porque tiene una mala conciencia. Pero las ruedas de prensa están para explicar y su asunto era muy sencillo de exponer. Más o menos así: no hemos suprimido los 400€ porque cogimos miedo con lo de Gordillo. Al contrario, vamos a incrementar en 50€ en algunos casos. Y, para compensar, vamos a quitárselos a todos los que vivan con sus familas y sus ingresos por barba pasen de 75% del salario mínimo y que son muchos más. ¿Acaso no es sencillo? 
Lo es, desde luego. Pero da vergüenza. No sé si a Báñez, a quien no parecen importar gran cosa estas menudencias, pero a cualquier otro, sí. Mucha vergüenza que se esté sonsacando los untos a la gente con socaliñas impresentables como las llamadas preferenciales, típico producto de la España negra, de Goya a Gutiérrez Solana, mientras que hay más de sesenta diputad@s, incluidos varios ministros y hasta la misma Fátima Báñez, que cobran dietas indebidas pues residen en Madrid.
Lo de las dietas es la punta de la punta del iceberg. Lo gordo es el funcionamiento ordinario de una administración parasitada por una clase política sin escrúpulos que practica a rabiar lo que dice combatir, el enchufismo, el clientelismo, el amiguismo. Tengo entendido que Rajoy cuenta con más de seiscientos asesores. ¡Qué bárbaro! Y todos cobrando una pasta, de esa que no hay para los parados. Cuando se junten los seiscientos parecerá el salón del trono de Sardanápalo. ¿Y para qué quiere Rajoy seiscientos asesores? En sus históricas meteduras de pata, ¿está asesorado o va por libre? Los ministros también tienen la tira de asesores. Y los presidentes de Comunidades Autónomas. Y los alcaldes. Y...Un gentío, compuesto de amigos, cofrades, parientes, allegados de los barandas y que cuestan un ojo de la cara al país y no sirven para nada pues no suelen tener ni idea de aquello de lo que "asesoran". 
Por si fuera poco a los asesores se suman los "cargos de confianza", que no tienen por qué ser los mismos; son otros parientes, amigos o deudos cuyo mérito esencial es ese, tener la confianza del gobernante. Lo extraño es que todavía no hayan metido en nómina a sus mascotas; pero todo se andará.
No es de recibo que muchos políticos, entre ellos el presidente del gobierno, cobren dos sueldos públicos. Se dice, ya sé, que el que paga el partido no es público, pero claro que lo es de hecho pues el partido se financia con fondos públicos mayoritariamente. Es decir solo pueden cobrarse dos sueldos públicos, como también hace Cospedal,  mediante un más que probable fraude de ley. En esto de birlar la pasta al contribuyente, Cospedal es un águila. Acumulaba tres cargos: senadora, secretaria general del PP y presidenta de Castilla La Mancha; renunció a la paga de senadora porque no le quedaba más remedio ya que es incompatible a todas luces, pero se quedó la del partido que solo lo es a la luz de la decencia. Así que la pava que pone en la calle a 700 interinos y racanea la nómina a todo el mundo menos a sus enchufados, cobra indebidamente dos sueldazos y vive a cuerpo de reina gracias  a la política.
 En el caso de Rajoy el asunto tiene más interés. A estas alturas el país no sabe cuánto cobra al mes por todos los conceptos su presidente. Hay una denuncia en los juzgados en la que se afirma que Rajoy mantiene su plaza de registrador de la propiedad de lo que deriva ingresos fijos, con lo cual diríamos que está cobrando tres sueldos o, para ser más exactos, dos sueldos y una renta. Pero, de ser eso cierto, resulta moralmente impresentable y no se explica cómo ningún grupo parlamentario de izquierda ha planteado la pregunta concreta en la cámara de cuánto cobra al mes el presidente del gobierno por todos los conceptos, la pregunta que Rajoy dejó sin contestar cuando se la hicieron en directo en la televisión. Es una dejación de responsabilidad que hace pensar en complicidad. Nadie pregunta porque todos tienen algo que rascar.
La rueda de prensa, tan parecida a un velatorio, en la que se escenificó un acto más del expolio de los ciudadanos por las autoridades, coincidió con otro feliz momento de la Generalitat catalana. Esta priva a una anciana de los 104€ mensuales que le daba para su regia pitanza porque dice que ya le dan de comer en el hospital en que la tratan. Lo hacen los de la coalición que supuestamente cobraba un 3% de mordida en la adjudicación de toda obra pública.
No sé en dónde he leído que la crisis no es política ni económica sino moral. En realidad es las tres cosas, pero el aspecto moral es amenazador. Que un gobierno en el que hay varios propietarios de viviendas en Madrid que probablemente alquilen decida agilizar los desahucios de los morosos es inmoral. Que las sociedades de inversión financiera no tributen nada es inmoral. Como lo es que las SICAV tributen un 1%, que más del 80% de la deuda que hemos de pagar todos sea de las grandes empresas o que los trabajadores tributen como media un cincuenta por ciento más que los empresarios. Todo eso es pura inmoralidad.
Por ello cuando, con tanta inmoralidad a la espalda, hay que salir a explicar que se van a arrebatar sus últimos 400€ a decenas de miles de personas se le pone a una la cara de Báñez.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

divendres, 24 d’agost del 2012

Estampas del verano. La ministra de empleo es de puro cachondeo.

Aseguro al amable lector que escribir sobre Fátima Báñez después de un consejo de ministros es muy difícil. Hay que empezar por poner mucha atención para entender lo que dice, no porque su concepto sea profundo sino porque, al igual que la otra ministra semianalfabeta, Ana Mato, esta tampoco sabe hablar. Una vez se ha entendido lo que quiere decir es preciso un esfuerzo suplementario para contener la risa porque lo que normalmente dice esta señora son sinsorgadas. Y no se piense que es maldad de Palinuro por hacerle pagar sus esfuerzos. Ni hablar. Es juicio general ya que, como se sabe, es la ministra peor valorada del gobierno si se exclujye, claro, a Wert. Pero eso no quiere decir nada pues doquiera que esté, este pedante reaccionario es el cero absoluto. Se entiende, pues, que el post tiene su curro.
Por otro lado, ¿que podría decir sobre el trabajo y el empleo una mujer que no ha trabajado en su vida, no sabe qué sea el empleo ni el paro? Quien piense que exagero, que vaya a la web de La Moncloa (en enlace está más abajo, en la explicación de la imagen) y vea el currículum de doña Fátima. Desde que terminó los estudios ha estado a sueldo de su partido, desempeñando cargos; es decir, no ha tenido un empleo jamás, no sabe lo que es un horario o un patrón, no ha dado palo al agua. Y, a pesar de todo, habla como quien conoce el asunto, con lo que el desbarajuste es mayúsculo.
¿Y qué dice esta dama, fiel devota de la Virgen del Rocío, en cuyas manos ha puesto los buenos resultados de su gestión que, de momento van siendo catastróficos? Dice que va a subir a 450€ el subsidio a los parados de larga duración con personas a cargo, pero que, para ahorrar, retirará los 400 a todos aquellos jóvenes que vivan con sus padres y ganen cada uno de ellos más de 481€ al mes o 75% del salario mínimo.¿Entendido? Va a dar una limosna a un puñado de personas y va a despojar de sus únicos ingresos con razones torticeras a cientos de miles de jóvenes.
Se entiende por qué la derecha está siempre defendiendo la familia con uñas y dientes, incluso cuando nadie la ataca. Quiere que actúe como "colchón" (la expresión es de Báñez) para amortiguar la necesidad del parado. Es decir, quiere la familia para desmantelar el Estado del bienestar y hacer que los subsidios de estos los sufrague la caridad pública y la beneficencia de Ejército de Salvación. O la Virgen del Rocio que, al parecer, hace unas patatas viudas de chuparse los dedos.
Que sea ministra de algo una persona sin conocimiento teórico alguno ni experiencia práctica de aquello que administra no es tan extraño en este gobierno. Lo mismo pasa  con la ministra de Sanidad, el de Educación, el de Asuntos Exteriores, el de Medio Ambiente, etc. Son todos nombramientos personales de Rajoy entre sus amigos, allegados y enchufados; no entre la gente más competente. En concreto, esta Fátima Báñez pasa el tiempo  matando marcianos en la red y zascandileando en inernet y como esta es muy complicada para sus entendederas, de vez en cuando mete la pata y organiza una irrisión o una irritación generales, según el tipo de metedura de pata. Cuando presume como los niños de haber conseguido una puntuación muy alta en algún jueguecito de marcianos, dan ganas de reír. Cuando remite a un diario tan carcunda como ella información secreta que debiera custodiar pero que sustrae a su dueño y difunde ilícitamente, uno se pregunta por qué no se la ha destituido ya.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

La involución.

Está feo hacer leña del árbol caído, pero dan ganas de recordar qué colosal metedura de pata fue aquella de que "PSOE y PP la misma mieda es", qué enorme error de consecuencias cada vez más visibles. ¿Alguien imagina que, con un gobierno socialista, un ministro de educación abogara por la enseñanza en colegios segregados por razón de sexo? Si el ministro fuera Bono, quizá, pero eso no es pensable.
Suele decirse que la equiparación entre PP y PSOE se refiere a la política económica y no a la legislación social. Lo malo es que es imposible aislarlas. A lo mejor las políticas económicas se aproximan o coinciden (transitoriamente, es de suponer, en tanto se resuelve la presente crisis) pero no así la política social y, en definitiva, la forma en que la gente organiza su vida. La derecha supone una verdadera involución, un retroceso notable en materia de derechos, un autoritarismo creciente y un retorno al patriarcado.
El autoritarismo es patente en una forma de gobierno a base de decretos y con ignorancia de  las Cortes y no solo cuando están de vacaciones, sino en todo el año. Aquí prácticamente no se legisla; se decreta. Es un comportamiento autoritario y hasta despótico pues la relación del gobierno con la ley es la de modificarla cuando le incomoda también por decreto. Así ha sucedido con la Ley de RTVE , cambiada para nombrar un presidente de estricta obediencia partidista y así sucederá con la Ley Orgánica de Educacióln del PSOE que el ministro Wert quiere cambiar para que él pueda seguir subvencionando (que es de lo que se trata) los centros concertados que practican la segregación por sexo y casi todos ellos del Opus, una secta religiosa, infiltrada en todos centros de poder económico, político, judicial, etc y cuyo objetivo es la restauración del nacionalcatolicismo.
Autoritaria, muy autoritaria, es la política de orden público. El ministro Fernández Díaz está cocinando una reforma del Código Penal que tipifique como delitos comportamientos que hasta ahora no lo eran y que, en general, endurezca la represión en el ejercicio de derechos fundamentales como la libertad de expresión y de manifestación. Con su política de recortes el gobierno solivianta a la gente pero ya tiene preparados los antidisturbios. Porque, siendo de ideología conservadora, los gobernantes se inclinan siempre por la represión y el endurecimiento de penas. Es tal su fe en la política del palo que algunos pierden literalmente el juicio. Así, Cospedal, la presidenta de Castilla La mancha sostiene que, para acabar con los incendios en los montes, lo mejor es despedir a los bomberos y pedir que se endurezcan las penas a los incendiarios. Es pasmoso.
La represión de derechos fundamentales es capítulo aparte. En especial la libertad de expresión e información. La supeditación de la RTVE al partido del gobierno es total, sin fisuras. La TV está para ensalzar el poder y atacar a la oposición. Quizá sea este el punto en el que el déficit democrático del gobierno sea mayor. En la era de internet, además, tener los medios públicos como maquinaria de propaganda produce un efecto limitado. Las redes sociales son instrumentos de información y movilización muy poderosos.  
El retorno al patriarcado se acelera por varias vías. Los recortes dañan especialmente aquellas estructuras (como las ayudas a los dependientes) que contribuían a la emancipación de las mujeres y a su incorporación al mercado de trabajo. Por otro lado, las aviesas intenciones del ministro de Justicia de restringir el aborto al máximo, prácticamente hasta impedirlo, cercena los derechos de las mujeres y, por decirlo gráficamente, pone sus ovarios en manos de Estado, es decir, de los curas, que son quienes dictan la acción del Estado, a través de este gobierno de verdaderos monaguillos del nacionalcatolicismo.
La educación vuelve a ser clasista, se cuestiona su universalidad, se elimina la gratuidad y se  pone todo tipo de impedimentos para que los sectores populares puedan acceder a ella. La segregación por sexos es la guinda del pastel involucionista. No solamente se mantiene el abuso de que haya enseñada concertada (es decir, privada, ideológica, religiosa pero financiada por todos) sino que se extiende incluso a los colegios religiosos que no cumplen los requisitos de la ley, como muestra las recientes sentencias del supremo. Si es necesario, se cambiará la ley para ir a ese modelo de enseñanza ideal, segregada por sexos (ya lo está por clases también) en la que las niñas aprenderán por fin las habilidades propias de su sexo.
¿Tiene alguien duda acerca del tufo franquista que emite la acción del gobierno? Aquí están de nuevo las corridas de toros, declaradas patrimonio cultural de España, debidamente sunbvencionadas y ya con acceso a la televisión.
Sugiero que la ministra Báñez, la vidente del gobierno, pregunte en la corte celestial  qué tal se vería allí sustituir el impío 1º de mayo por la festividad de San José Obrero, como hacía el Caudillo Franco, que presumía de haberlo dejado todo "atado y bien atado". Y tenía razón.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

dijous, 23 d’agost del 2012

Estampas del verano. Wert podría llamarse Unwert.

Más o menos como el protagonista de El Ángel azul se llamaba profesor Unrath o profesor basura. De igual modo el supuesto "valor" del apellido del ministro español es, en realidad, un desvalor y, desde luego, para todos sus administrados, una desgracia. Una desgracia que, gracias al espíritu sectario, prepotente y cerril de este hombre, esté volviendo lo más reaccionario y siniestro del nacionalcatolicismo a España.
La iglesia no descansa, no da jamás una posición por perdida, siempre está al acecho para recuperar lo que las luces y la razón le hayan arrebatado, no perdona nunca deuda alguna y recurre a los más insólitos medios para imponer su dominación, por ejemplo, halagar la infantil vanidad de este petulante al que hace creer que es el salvador de las esencias religiosas del buen pueblo español, a punto de echarse a perder merced al relativismo izquierdista, que todo lo emponzoña.
Wert es el correveidile de la iglesia y el opus en el intento de restaurar la sombría influencia de la iglesia en todos los aspectos de la vida social y, por supuesto, la garantía de que la iglesia seguirá acaparando dinero de la colectividad por los más diversos conceptos porque, en el fondo, de lo que se trata siempre es de eso, del dinero, lo único que verdaderamente interesa a los curas.
Gracias a Unwert, un gobierno ultraliberal, capaz de retirar la magra subvención a decenas de miles de parados, mantendrá los dineros destinados a las corridas de toros, espectáculo de crueldad degradante que este desalmado considera un "patrimonio cultural de España". Gracias también a él, la iglesia conservará todos sus privilegios en la educación y podrá adoctrinar a sus futuros monaguillos con cargo al erario público en la esperanza de que le salgan tan meapilas como el propio ministro.
Ahora pretende este mantener las subvenciones públicas a los centros religiosos privados concertados incluso cuando sean escuelas segregadas que discriminan por razón de sexo y a pesar de la oposición del Tribunal Supremo. En efecto, cuando está en juego la pasta, la iglesia no para en barras y, si hay que desautorizar al Tribunal Supremo, se le desautoriza. Todo antes que perder el cepillo.
Ya la misma enseñanza privada concertada es un abuso y un atropello mediante la cual los curas consiguen que la colectividad financie sus centros de adoctrinamiento. Debieran estar prohibidos por mor de la igualdad, pero eso es una utopía en un país en el que hasta la socialdemocracia acepta la tiranía y el expolio eclesiásticos. Pero que se trate igual también a los centros privados del Opus que practican la segregación raya en la burla intolerable.
Sin embargo será posible gracias a los inapreciables servicios de este amanuense del clero. Cuando el Supremo falló que los colegios del Opus que segregan no debían recibir fondos públicos (corre peligro la pasta) salió de inmediato el esforzado paladín de los curas recurriendo a su habitual panoplia de falsedades para zafarse de cumplir la sentencia del alto tribunal. Sostenía Unwert que la Convención de la UNESCO de 1961 sobre la lucha contra la discriminación en la enseñanza advierte que la segregada por razón de sexo no tiene por qué ser discriminatoria y que España era firmante de dicha Convención. Se callaba ladinamente que el texto literal de la citada Convención, en su artículo 2 expresamente dice que, para que ese supuesto se dé, es preciso que "el Estado las admita" (esto, es, las enseñanzas segregadas), lo que no es el caso en España. Alguien ha debido advertir al ministro de que se posición será muy beata y bienquista por los curas, pero es insostenible con la misma Convención en la mano que él cita para justificar lo injustificable.
Como el primer intento de falsear los datos no ha cuajado, la sentencia del Supremo es muy ajustada a derecho y, por lo tanto, los del Opus pueden quedarse sin los dineros públicos que el ministro está deseando entregarles, lo que propone ahora es cambiar la ley en la que toma pie el supremo para negar subvnciones a los centros que segregan. De esa forma se elimina el obstáculo que impone la citada Convención, las sentencias del Tribunal Supremo serán papel mojado y los setenta centros discriminadores que hay en España, podrán seguir discriminando y cobrando de fondos públicos. ¡Todo sea por la pasta!
Se trata de un ejemplo de manual de la ley del embudo que emplea esta derecha neofranquista para imponer sus principios oscurantistas y expoliadores: todos deben respetar la ley a toda costa excepto la propia derecha que, cuando aquella le molesta, como sucedía con la Ley de RTVE o, ahora, la Ley Orgánica de Educación (LOE), simplemente, la cambia.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).

Gordillo como Gandhi.

El diario ABC se hace escandalizadas cruces de que en el Guardian de Londres se compare a Sánchez Gordillo con Gandhi. ¡Hábrase visto mala fe! ¡Comparar una gloria de la humanidad con un vulgar robaperas! Lo extraño es que no haya salido alguno de sus ingenios hablando de Gordandhi o de Gandhillo.
El artículo en cuestión, titulado Five examples of civil disobedience to remember, de Richard Seymour, en efecto, compara a Sánchez Gordillo con Gandhi y, además, pone cuatro ejemplos más de desobediencia civil, no todos muy bien escogidos porque el autor tiende a diluir la separación entre la resistencia no violenta y la violenta. Aun así, sitúa en un contexto muy interesante la acción del SAT y Gordillo. El ejemplo que pone del Mahatma Gandhi, la campaña contra el impuesto de la sal de 1936, es particularmente afortunado e ilustra mucho la del alcalde de Marinaleda.
A Palinuro le fastidia en el amor propio que ni se mencione que esa comparación Gordillo-Gandhi ya la hizo él en una entrada hace dos semanas titulada Gordillo y la desobediencia civil. Allí se hablaba de la Satyagraha o no violencia que es el punto de apoyo de Gordillo: se quebranta la ley, se resiste, pero pacíficamente. El propio Gordillo ha mencionado a Gandhi entre sus modelos, también a Cristo y a los anarquistas. Sí, hay mucho venero con el que Gordillo puede conectar, aunque no le guste a la derecha que prefiere ver en él la pesadilla del señorito del bandolerismo andaluz. En fin, qué le vamos a hacer. Aquí no nos enteramos de lo que decimos nosotros mismos en tanto no nos lo cuentan en inglés. Y como la traducción suele ser mala...
Gordillo es un símbolo. Un gran símbolo. Lo es ya. Es el símbolo de un pueblo que arranca, una esperanza. Creo haber leído en algún sitio unos de esos habituales artículos de la derecha pidiendo, exigiendo, que la policía actúe de una vez, sin contemplaciones, que los encarcelen a todos y que qué está haciendo Fernández Díaz. Impetrando, supongo, la inspiración divina de cómo resolver con la policía un problema de conciencia colectiva.
Porque, cada día que pasa, la imagen de Gordillo peregrino con sus seguidores bajo un sol ardiente, recuerda más la del Galileo dándole a la sandalia por los caminos polvorientos y, en los tiempos de la televisión en que los milagros de los panes y los peces no son probables, habrá que acudir a la solidaridad forzosa de los supermercados y, llegado el caso, a pedir su pan "de puerta en puerta", como el negro de Guillén el negro.
La fuerza de Gandhi, que destruyó un imperio, se basaba en la idea-fe de que, cuando lo único que puede oponerse a la razón es la fuerza, el de la fuerza está perdido. Por supuesto, es una guerra (aunque solo de una parte) y nunca se sabe cómo terminará una guerra. Eso concede a quienes entran en ella pacíficamente, renunciando a practicarla, un plus de legitimidad y de moral.
Lo mismo pasa con Gordillo. ¿Por qué no actúan las fuerzas de represión del Estado, también llamadas cariñosamente Fuerzas de Seguridad del Estado? Porque saben que no se enfrentan a un problema de orden público, sino a una manifestación de descontento popular, a una indignación moral que comparte ampliamente la ciudadanía; a un símbolo.
¿Y como se combate un símbolo? Obviamente, con otro. De acuerdo, ¿cuál? ¿La injusta distribución de la carga de la crisis? ¿La privación de los derechos de los trabajadores? ¿El retorno a las formas más oscuras del nacionalcatolicismo? ¿La amplísima corrupción de la clase política? ¿La bellaquería de los medios de comunicación? ¿El lujo y el boato en el que viven los ricos y privilegiados, entre ellos varios gobernantes?
No hay símbolo que oponer al que encarna Gordillo, que es el de la justicia; y frente a la justicia solo puede alzarse una u otra forma de injusticia. De ahí que se estará considerando el empleo de la fuerza. Pero el resultado puede empeorar la situación. Un Gordillo entre rejas es una bomba capaz de incendiar España entera. Por eso renuncia al aforamiento.
El gobierno, además, tiene el país en estado de permanente insurrección: los mineros en el Norte, los funcionarios en el Centro, los jornaleros en el Sur, los catalanes en el Este y los vascos, prontamente, de nuevo en el Norte, con el concurso de los miles y cientos de miles de afectados por los recortes de todo tipo en todas las condiciones, actividades y empleos, excepto en la iglesia y en la banca. Dios y Mamón, que niegan la coyunda pero la tienen. Son lo mismo.
(La primera imagen es una foto de Duncan~; la segunda, otra de Flickr, ambas bajo licencia Creative Commons).


dimecres, 22 d’agost del 2012

Estampas del verano. Ana de Palacio nada tiene de Horacio.

Ana de Palacio y del Valle Lerchundi personifica la prueba evidente de que la manida teoría del Rajoy mozalbete de que los hijos de buena estirpe dan mejores resultados es radicalmente falsa. Hija de nobles y ricos, tuvo desde el comienzo las mejores oportunidades en la existencia, la mejor educación, todas las posibilidades del mundo, todos los premios y distinciones. A pesar de ello, hasta su quincuagésimo cuarto aniversario en 2002, llevó una vida gris, oscura, anodina, muy a tono con la completa inexistencia de resultados en sus numerosas, casi frenéticas, actividades de todo orden. A partir de 2002, el hado se cruzó en su camino bajo la pintoresca forma del Superman de Valladolid, Aznar, quien la nombró ministra de Asuntos Exteriores, cargo en el que estuvo hasta que, en 2004, una mayoría electoral puso abrupto fin al gobierno más mentiroso de la historia de España, del que la citada De Palacio era entusiasta participante y en el que llegó a alcanzar su nivel máximo de incompetencia, según el conocido principio de Peter.
Y no solo el nivel máximo de incompetencia sino, al mismo tiempo, el de falsedad, insinceridad y engaño. Fue entusiasta colaboradora de la criminal decisión de Aznar de embarcar a nuestro país en una guerra ilegal, injusta y de rapiña, recorrió los foros internacionales, incluidas las Naciones Unidas, repitiendo conscientemente la mentira de las armas de destrucción masiva que jamás existieron y fueron una excusa típica de matones para agredir a un tercero y, por tanto, es corresponsable de una de las peores y más absurdas matanzas de la historia.
Parecía difícil superar este nivel de embuste, encanallamiento y agresividad. Pero solo lo parecía. A raíz del atentado islamista del 11M en Madrid volvió a sumarse activamente al innoble intento de Aznar de engañar a 40 millones de españoles y al mundo entero, afirmando que dicho crimen no era, como resultaba obvio, obra de terroristas musulmanes, sino de ETA. Por eso impartió órdenes a todas las embajadas españolas para que propalaran por doquier la indigna fábula del gobierno. La mentira solo trataba de impedir que el PP perdiera las elecciones generales convocadas para tras días más tarde lo cual la hace aun más repugnante si cabe.
Total, después de escasos dos años en el cargo en los que De Palacio dio la medida de sus inexistentes dotes intelectuales y su más inconsistente fibra moral (eso sí, la señora, claro, es muy creyente), volvió a su vida anodina de donde nunca debió salir, ayudada por su nueva proyección y sus numerosos contactos que le aseguran una existencia de enchufada de lujo en los más diversos puestos.
Pero doña Ana retornó ayer voluntariamente a la luz pública por la misma razón por la que la cabra (y soy caritativo en la elección del animal) tira el monte y se despachó con un mendaz artículo en El País, titulado Julian Assange: fraude al Estado de derecho en el que no hay un solo argumento de por qué la posición de Assange es un fraude al Estado de derecho del que la señora habla con impostado respeto. Ni uno. La pieza, en un castellano de escuela de párvulos, está repleta de acusaciones ad hominem y de "tú más", pero ni una sola razón que pruebe el aserto del título. Se dice, se redice, se repite y se machaca que Suecia es un país adelantado en estas cuestiones de legalidad y legitimidad escrupulosas y que Ecuador, Venezuela, Cuba, etc, son imperios del mal, la corrupción y la tiranía. Como si el hecho de haber sido "bueno" garantizara per se el seguir siéndolo y el de haber sido "malos" impidiera para siempre actuar debidamente. Asombra tanta estulticia pero se explica en el hecho de que la señora ignora o pretende ignorar el fondo de la cuestión y confunde con malas artes el juicio que el objetivo merece. Así, pretende cuestionar la honradez de Garzón señalando que, al defender a Assange, actúa a la inversa de como lo hizo con Pinochet. Pero calla que eso es exactamente lo que está haciendo la modélica Inglaterra, lo contrario con Assange de lo que hizo con Pinochet y que Garzón se limita a responder al atropello, en defensa de la razón, la justicia, la legitimidad y la legalidad internacional que De Palacio piensa deben estar al servicio de los amos gringos, como la guerra del Irak.
De Palacio es, entre otras muchas cosas, miembro del Consejo de Estado. Otro caso más para probar que los altos organismos consultivos españoles albergan mucho indocumentado o falsario. Por último, la señora se permite el lujo de transcribir el nombre del Presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy como Hermann Von Rompoy. Tres palabras, tres errores. El asunto puede deberse a pura ignorancia, que ya tiene pecado al tratarse de una personalidad relevante del campo de la supuesta especialidad de De Palacio. Pero también puede ser una muestra de ese desprecio o desdén con que los aristócratas simulan ignorar el nombre de los plebeyos para humillarlos. Supongo que Van Rompuy no sabe nada de esta malicia monjil. Pero tampoco sería de extrañar que, al contestar a la acusación de De Palacio de ser "escurridizo", equivocara su nombre y la llamara, por ejemplo, Ano de Falacio. Y lo dejo aquí por no ser hiriente.
(La imagen es una foto del Gobierno de los Estados Unidos en el public domain).